A mediados de los años 80 apareció en escena un jugador de baloncesto estadounidense que, años más tarde, se convertiría en el mejor de la historia de este deporte. Sí, los americanos tienden a crear ídolos muy rápido, pero en este caso no era una exageración lo que estaban haciendo.
Michael Jordan, procedente de la Universidad de Carolina del Norte, había firmado con los Chicago Bulls como el número 3 del draft para, con el tiempo, convertirse en estrella y elevar a la franquicia a su máximo esplendor; un reinado que se extendió durante varios años y alcanzó la década de los 90.
Había muchas cosas de Jordan que fascinaban al público, entre ellas: su facilidad para hacer cosas sobre la pista que parecían imposibles, sus zapatillas, que pronto se convirtieron en las más vendidas, y esa pequeña cinta, de no se sabía bien qué material, que adornaba su brazo, entre la muñeca y el codo.

Durante la competición era recurrente ver al número ‘23’ secarse el sudor de su frente, con aquella especie de trapo, antes de lanzar un tiro libre o durante un tiempo muerto. Pero lo que quedó de aquel gesto, quizás lo más importante, es que se volvió una tendencia y aficionados, jóvenes y adultos, comenzaron a portar aquella prenda con la clara intención de parecerse a su ídolo.
Con los años, muchos otros deportistas de élite, y estrellas en su disciplina, como es el caso del tenista español Rafael Nadal, han continuado luciendo la muñequera – Nadal no es el pionero en el mundo del tenis portando muñequeras, pero suele regalarlas al público al final de cada partido en lo que ya se ha vuelto una especie de ritual –.
¿Qué es una muñequera y para qué sirve?
Una muñequera es una especie de prótesis ideada para limitar los movimientos de la mano en cuestión. A través de la compresión, lo que se consigue es inmovilizar la articulación y evitar así el dolor que provocan las flexiones o extensiones, por exceso, de la muñeca.
La muñeca no es otra cosa que la articulación encargada de unir el antebrazo – en donde se encuentran los huesos radio y cúbito – y la mano – que alberga el carpo y por extensión los metacarpos –.
La muñequera está pensada para tratar a pacientes con esguinces, inflamaciones, traumatismos o determinados postoperatorios y también, en escenarios como el deporte, como prevención ante ciertas lesiones – es el caso de la halterofilia o el culturismo –. En estos ámbitos en los que se ha de hacer frente al levantamiento de peso, emplear una prótesis de este tipo es casi obligatorio.
Con todo, el uso más extendido a nivel deportivo es para quitarse el molesto sudor.
Por otro lado, recientemente han proliferado las lesiones en esta parte del cuerpo como resultado de largas horas tecleando en el ordenador. Por lo general están relacionadas con una inflamación en el túnel carpiano: el síndrome del túnel carpiano.
Existen muchos tipos de muñequera, algunas de las cuales, incluso, se ajustan alrededor del dedo pulgar. Por lo general están hechas de material rígido, para reducir el movimiento, como neopreno o nylon.
En ocasiones, como señalamos antes, su uso está recomendado como prevención. Y es que en muchos deportes en los que la muñeca juega un papel fundamental, como baloncesto, tenis, pádel, bádminton, hockey, rugby o fútbol americano, la muñequera ayuda a que el impacto sobre las articulaciones sea menor gracias, entre otras cosas, al calor que provoca.
Así sucede en el baloncesto, en el que solo se pueden emplear las manos para jugarlo y, por lo tanto, han de cuidarse muy mucho para no caer en problemas que pueden ser recurrentes.
Muñequeras de baloncesto
Michael Jordan y Rafel Nadal le han dado a la muñequera el mismo uso: evitar que el sudor cayese por su frente y llegase a los ojos, produciendo una sensación de molestia en la vista e impidiese completar su actuación con comodidad. En resumen: usarlas como si fuese una toalla.
Esa, al menos, es la sensación que recibe el espectador, cómodamente sentado en el sofá de su casa delante del televisor, ya que ambos profesionales saben de la importancia de cuidar su parte del cuerpo más valiosa para seguir practicando su deporte favorito sin limitaciones.
En este sentido, las lesiones en el basket pueden llegar por un movimiento puntual, una acción en la que se ha ido al límite durante una sesión preparatoria o en un encuentro importante de la competición, y también por la repetición constante del mismo gesto que, poco a poco, va minando el tendón hasta alcanzar un pico de dolor que impide la práctica del juego al máximo nivel.
Así que su empleo era y es doblemente eficaz: estar relativamente seco y prolongar lo máximo posible el buen funcionamiento de la muñeca.
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Las elaboradas con algodón, las más prácticas y cómodas durante partidos y/o entrenamientos, gracias a su suave textura, no causarán rozaduras en tu piel y absorberán todo el sudor de tu frente de manera rápida y eficaz.
Además, con un buen cuidado y el lavado necesario, no tendrás la necesidad de cambiar tu muñequera en un espacio corto de tiempo.
Escoge entre los diferentes modelos y colores que tenemos a tu disposición y disfruta de tu deporte favorito sin necesidad de acudir al banquillo cada vez que necesites secarte.
El caso de MJ sobre el uso que le dio a la muñequera es curioso ya que con el tiempo fue subiendo la prótesis por su brazo, acomodándola según sus necesidades. Así pasó a su antebrazo, primero, con el que le resultaba más sencillo secarse el sudor, y finalmente al codo, en donde su función era más terapéutica que estética.
Este último uso dio lugar a las mangas de brazo de baloncesto, que pusieron de moda más tarde otros baloncestistas.